La formación del base
Fuente: Federacion de Baloncesto de Madrid

Manejo
del balón, salida de contraataque, pase al pívot... José Luis Llorente
repasó en el segundo Laboratorio Monográfico dedicado al base las claves
para formar a un buen director de juego. La conferencia, organizada por
la Federación de Baloncesto de Madrid, a través de su Escuela de
Entrenadores, con la colaboración del Ayuntamiento de Alcobendas y el CD
Valcude, fue la continuación de la que Llorente ofreció en octubre de 2011, con algunos aspectos en común y muchos nuevos.
Al pabellón Distrito Centro de Alcobendas acudieron
numerosos entrenadores en periodo de formación, varios ya veteranos e
incluso algunos chavales que, por edad, nunca han visto jugar a José
Luis Llorente. Pero seguro que alguien les había contado cosas de él.
Por ejemplo, que compartió el puesto de base en el Real Madrid con otra
leyenda, Juan Antonio Corbalán, y que jugó más de cien partidos con la
selección española, entre ellos una final olímpica (1984) contra un tal
Michael Jordan.

Llorente amplió su charla de 2011, con aspectos
nuevos, como ejercicios de dribling o de salida de contraataque, pero
también insistió en otros básicos, como el gusto por el detalle, la
continua corrección de los errores y las comparaciones. Incluso
futbolísticas. Así, volvió a surgir el nombre de Xavi Hernández, porque,
igual que hace el centrocampista del Barcelona, el base debe "mirar
donde está la gente para poder elegir. Y anticiparse siempre. En el
baloncesto hay otro ejemplo: Juan Carlos Navarro no espera a nadie,
siempre se anticipa".
Pero hay que comenzar por el principio. Y es que "todos los jugadores, pero sobre todo el base, tienen que dominar todos los aspectos del juego". Empezando por la técnica individual, que, en opinión de Llorente, "cada
vez se trabaja peor. En los últimos 15 ó 20 años, en España se entrena
con conceptos tácticos muy avanzados pero se cuida poco el detalle en lo
técnico, y tenemos jugadores con problemas en determinados movimientos
básicos".

Enseguida se pasó a la acción. Con la ayuda de su
hijo Juan Llorente (actualmente, escolta del Estudio de Primera
Nacional) y de jugadores junior del Valcude Alcobendas, el histórico
base mostró ejercicios para trabajar el dribling y la independencia de
pies y manos. Movimientos diferentes (hacia adelante, hacia atrás,
laterales...), salpicados de consejos y correcciones ("cuanto más separado esté el balón del cuerpo mejor...") porque "el entrenador no se tiene que callar, debe corregir constantemente lo que se hace mal". Corregir pero también dar libertad, porque otra de las obligaciones del entrenador, y más en categorías de formación, es "obligar al jugador a pensar, a utilizar la cabeza".
Del dribling, en el centro de la pista, se pasó a
las cercanías del aro. El ejercició consistía en lanzar el balón desde
el fondo, recogerlo sin pararse y, con un solo bote, entrar a canasta.
Así el jugador se acostumbra a estar siempre en movimiento. El mismo
ejercicio se realizó con distintas variaciones: desde la derecha, desde
la izquierda, con o sin defensor, y con un pasador. Y, entre medias, más
correcciones. "No se pasa con dos manos, se pasa con una. Con dos se hacía antes de la I Guerra Mundial", bromeó.

Tras ensayar los reversos para superar al defensor, tocó la salida de contraataque, que resumió en dos consejos básicos: "El
base no debe bajar a buscar el balón. Debe estar siempre en movimiento y
hacia adelante para ganar terreno; recibir y a correr, sin parar y sin
virguerías innecesarias... Como lo hacen Tony Parker y Sergio Llull". Para trabajar el contrataque, Llorente propuso numerosos ejercicios, con conos, con más o menos defensores... "Hay múltiples variantes, pero lo importante es asimilar los conceptos".
Correr rápido y pensar rápido, porque otro aspecto básico en el
director de juego es el pase al pívot, desde dónde hacerlo y cómo. Por
eso, hubo ejemplos de pase al poste bajo y al poste alto, siempre
buscando que el pívot reciba el balón en la situación más favorable
posible para eludir al defensor y encarar la canasta.
Después de hora y media, Llorente cerró la
conferencia con un ejercicio claramente formativo, un 2 contra 1, en el
que el base (en este caso Juan Llorente) recibía el balón (de su padre
José Luis) y tenía que defenderlo del acoso de dos defensores. ¿El
objetivo? El de siempre, "que el base esté activo, que no se
pare nunca... Hay que trabajar la técnica individual, inventarse juegos y
así veremos que el jugador va mejorando".
